
Alfonso IX de León (1171-1230) fue uno de los grandes monarcas del Reino de León, hijo del rey Fernando II de León y de Urraca de Portugal. Su reinado, extendiéndose desde 1188 hasta su muerte, estuvo marcado por importantes acontecimientos y estrategias políticas que consolidaron el poder del reino y sentaron las bases para su expansión futura. Heredero de un reino en constante crecimiento bajo el mandato de su padre, Alfonso IX continuó la política de expansión territorial y fortalecimiento del poder real. Durante su gobierno, Alfonso IX se enfrentó a desafíos tanto internos como externos, incluyendo conflictos con otros reinos cristianos y la lucha contra los musulmanes en la Península Ibérica. Además de sus habilidades militares, Alfonso IX fue un hábil diplomático y legislador, y su reinado fue crucial para el desarrollo de las instituciones y la sociedad leonesa.
Nacido en Zamora en 1171 y fallecido en Sarria en 1230, Alfonso IX fue un rey leonés cuyo reinado estuvo marcado por su participación en la Reconquista y su habilidad para consolidar el poder real. Hijo de Fernando II y Urraca “la portuguesa”, su infancia transcurrió en un ambiente de intrigas y conflictos dinásticos, lo que marcó profundamente su carácter. A pesar de las dificultades, recibió una educación esmerada que lo preparó para su futuro reinado. Su matrimonio con Teresa de Portugal fue anulado, y de su unión con Berenguela de Castilla nació el futuro rey Fernando III. Alfonso IX tuvo más hijos, tanto dentro como fuera de sus matrimonios, dejando un legado familiar complejo y diverso.
- Padres: El rey Fernando II y la reina consorte Urraca de Portugal.
- Matrimonios y Descendencia: Contrajo matrimonio en dos ocasiones, buscando alianzas políticas y descendencia legítima:
1ª. Teresa de Portugal: Se casaron en 1190, pero el matrimonio fue anulado en 1195 debido a la consanguinidad entre ambos. Tuvieron 3 hijos, Sancha, Fernando y Dulce.
2ª. Berenguela de Castilla: Se casaron en 1197 y tuvieron cinco hijos, Leonor, Constanza, Fernando III, Alfonso de Molina y Berenguela.
Además de estos matrimonios, Alfonso tuvo varias relaciones estando divorciado y también fruto del adulterio, de los cuales nacerían más hijos. Con la noble alavesa Inés tendría una hija, Urraca Alfonso. Con la noble gallega Estefanía tendría un hijo, Fernando Alfonso. Con la noble portuguesa Aldonza tendría tres hijos, Rodrigo, Aldonza y Teresa. Con la noble portuguesa Teresa Gil tuvo cuatro hijos, Sancha, María, Martín y Urraca.
Borgoña.
Un trono disputado
Tras la muerte de su padre Fernando II en enero de 1188, el príncipe Alfonso se enfrentó a la disputa por el trono de León. Su principal rival era el infante Sancho Fernández, hijo de Fernando II y Urraca López de Haro. La legitimidad del nacimiento de Alfonso IX era cuestionada, ya que el matrimonio de sus padres nunca fue reconocido por la Iglesia.
Esta situación fue aprovechada por la Casa real castellana, liderada por Alfonso VIII, quien apoyaba las pretensiones de los López de Haro. El apoyo castellano suponía una amenaza real para la consolidación del trono de Alfonso IX, quien veía peligrar su derecho a la corona leonesa.
La tensión se intensificó con la invasión castellana de tierras leonesas tras la muerte de Fernando II. Los castellanos tomaron Coyanza (actual Valencia de Don Juan) y otros enclaves de Tierra de Campos, rompiendo el sistema defensivo leonés en la frontera con Castilla.
El conflicto dinástico y territorial enfrentó a los nietos de Alfonso VII el Emperador. Sin embargo, Alfonso IX logró imponerse gracias al apoyo de su madre, Urraca de Portugal, y de un sector de la nobleza leonesa. Tras superar este desafío, Alfonso IX consolidó su corona y reinó durante cuarenta y dos años, un período marcado por importantes acontecimientos y transformaciones para el Reino de León.
Cuna del Parlamentarismo

En el año 1188, el rey Alfonso IX de León convocó las primeras Cortes del mundo en el claustro de la basílica de San Isidoro en León. Estas cortes fueron pioneras al incluir la representación de todos los estamentos sociales: nobles, clero y representantes de las ciudades. Este hecho marcó un hito en la historia del parlamentarismo, sentando un precedente para la participación ciudadana en la toma de decisiones políticas y convirtiéndose en un símbolo de la colaboración entre el monarca y los diferentes grupos sociales. León se convirtió así en la cuna del parlamentarismo mundial, reconocido por la UNESCO, CE, Gobierno de España y Junta de C. y León como tal.
Universidad de Salamanca
Uno de los logros más destacados de Alfonso IX fue la creación del Estudio General de Salamanca en 1218. Esta institución, origen de la actual Universidad de Salamanca, nació a partir de las escuelas catedralicias que ya existían en la ciudad desde hacía casi un siglo.
En aquella época, era común que las catedrales de los reinos hispanos contaran con escuelas donde se impartían diversas enseñanzas. Sin embargo, Alfonso IX quiso ir más allá y crear un centro de estudios superiores que atrajera a estudiantes de todo el reino y más allá de sus fronteras.
La creación del Estudio General de Salamanca respondió también a una necesidad política. El obispo Tello Téllez de Meneses había fundado un Estudio General en Palencia en 1208, pero los conflictos entre León y Castilla dificultaban el acceso de los leoneses a esta institución. Por ello, Alfonso IX decidió crear un centro de estudios propio en Salamanca, que sirviera como alternativa para la formación de los leoneses.
Años más tarde, Fernando III impulsaría el desarrollo del Estudio General de Salamanca, y Alfonso X le otorgaría el título de Universidad en 1254, convirtiéndola en la primera universidad de Europa en ostentar dicha distinción.
El Estudio General de Salamanca, germen de la actual Universidad, se convirtió en un importante centro de saber y cultura, cuyo legado perdura hasta nuestros días. La creación de esta institución por Alfonso IX fue toda una visión de futuro, y muestra de su compromiso con el desarrollo intelectual y cultural del pueblo leonés.
El poderoso Alfonso
Alfonso IX tuvo que hacer frente a Castilla y a Aragón por el este, a Portugal por el oeste a los almohades por el sur. Aunque Castilla logró hacerse con territorios que nunca habían sido suyos, como por ejemplo Valencia de don Juan, León logra recuperarlos gracias a la oportuna muerte del rey Alfonso VIII de Castilla en octubre de 1214. Con el fallecimiento del rey castellano cesan las hostilidades entre leoneses y castellanos, y Alfonso IX puede centrarse en retomar la Reconquista. Su objetivo principal era expandir los territorios del Reino de León hacia el sur y consolidar su poder en la península.

La Reconquista
En 1218 organiza una expedición con la intención de tomar Cáceres. A pesar de contar con el apoyo de cruzados gascones y las órdenes de Calatrava y Alcántara, la ciudad se resistió al asedio de tres meses y medio, obligando a las tropas cristianas a retirarse.
Sin embargo, Alfonso IX no cejó en su empeño. Tras resolver conflictos con Portugal en 1219, donde venció a las tropas portuguesas en Braga y Guimarães, firmó un tratado de paz y dirigió su atención nuevamente hacia el sur. En una incursión por tierras musulmanas, llegó hasta Sevilla, donde derrotó a los musulmanes y obtuvo un gran botín.
En 1221, la ciudad de Valencia de Alcántara cayó en manos de la Orden de Alcántara, lo que impulsó aún más la reconquista leonesa. A pesar de nuevos intentos fallidos de tomar Cáceres en 1222, 1223, 1225 y 1226, Alfonso IX perseveró en su objetivo.
Finalmente, en abril de 1229, la ciudad de Cáceres fue tomada por las tropas leonesas. Esta victoria fue muy importante en la reconquista del oeste ibérico, ya que Cáceres era una plaza clave en el frente musulmán.
La caída de Cáceres, sumada a la derrota del ejército musulmán que se dirigía a socorrer Mérida en 1230, desencadenó una serie de conquistas y rendiciones de ciudades y fortalezas en la región de Extremadura. En ese mismo año, Mérida, Badajoz, Elvas y Talavera la Real fueron tomadas por los cristianos, consolidando el poder de Alfonso IX en la zona.
Tras estas campañas victoriosas, Alfonso IX se dirigió a Santiago de Compostela para agradecer al Apóstol Santiago su protección y ayuda en la reconquista. Sin embargo, enfermó gravemente en el camino y falleció en Villanueva de Sarria el 24 de septiembre de 1230. Fue enterrado en la catedral de Santiago, dejando un legado de expansión territorial y consolidación del poder real en el Reino de León.