Desde su ascenso al trono en el 1065, Alfonso tuvo que hacer frente a intrigas familiares, conquistas territoriales y una serie de eventos notables que cimentaron su legado.
A la muerte de su padre, el reino de León fue dividido entre sus hijos, siguiendo una tradición que buscaba evitar disputas. Alfonso recibió el Reino de León, mientras que su hermano mayor, Sancho II, obtuvo Castilla, y el menor, García, Galicia.
Sin embargo, las tensiones entre los hermanos no tardaron en surgir. Sancho II, ansioso por unir los reinos bajo su mando, comenzó una serie de campañas militares contra sus hermanos. Alfonso fue derrotado en la batalla de Llantada en 1068 y nuevamente en Golpejera en 1072, lo que lo llevó a buscar refugio en la corte musulmana de Toledo, donde recibió un trato sorprendentemente honorable por parte del rey Al-Mamún.
La suerte cambió drásticamente cuando Sancho II fue asesinado en 1072 durante el sitio de Zamora bajo circunstancias misteriosas. Este evento dejó a nuestro protagonista como el heredero indiscutible, permitiéndole regresar y reclamar el trono de León y Castilla (ya convertido en reino) La leyenda cuenta que antes de asumir el poder, Alfonso tuvo que jurar que no había tenido parte en la muerte de su hermano.
Nacido alrededor de 1040 en la ciudad de Burgos, que por aquel entonces era una ciudad importante del Reino de León. Fallece el 1 de julio de 1109 en Toledo tras un largo y exitoso reinado de 43 años.
- Padres: El rey Fernando I “El Magno” y la reina consorte Sancha de León.
- Hermanos: Sancho II de Castilla, García II de Galicia, Urraca de Zamora y Elvira de Toro.
- Esposas:
1. Inés de Aquitania: Fue su primera esposa, aunque su matrimonio duró poco tiempo y no tuvieron hijos.
2. Constanza de Borgoña: Se casó con Alfonso VI alrededor de 1079. Constanza fue la madre de su hija, Urraca, quien más tarde se convirtió en reina de León y Castilla.
3. Berta: Su matrimonio con Berta se celebró tras la muerte de Constanza, pero tampoco tuvieron descendencia.
4. Isabel: Alfonso VI se casó con Isabel, de la que se sabe poco y con quien no tuvo hijos.
5. Beatriz: Fue su última esposa, aunque también se sabe poco sobre ella y no tuvo descendencia con Alfonso.
Además de sus matrimonios, Alfonso VI tuvo varias relaciones extramatrimoniales y concubinas, con quienes tuvo hijos ilegítimos, siendo uno de los más conocidos Sancho Alfónsez, quien murió en la batalla de Uclés en 1108.
- Hijos:
1. Sancho Alfónsez, su heredero.
2. Ramiro de León, el cual se convirtió en Rey de Aragón y Navarra.
3. Elvira, que fue casada con el conde de Cerdeña.
4. Teresa de León, que se casó con el conde Henry de Portugal.
Jimena
Al séptimo año de reinado, el hermano de Alfonso, Sancho II de Castilla, ya había reconstruido el territorio de su padre, pero en Zamora su hermana Urraca, que ostentaba el señorío de la ciudad, (probablemente cedido por su hermano Alfonso) se negaba a reconocerse castellana, lo que hizo que Sancho pusiera sitio a la ciudad.
Vellido Dolfos
Durante el asedio, el 7 de octubre de 1072, un noble zamorano de nombre Bellido Dolfos (o Vellido Dolfos), concertó una cita a solas con el rey castellano poniendo como excusa que iba a desertar del bando de Doña Urraca, y le mostraría de paso la entrada a la ciudad. En un descuido, Bellido cogió la lanza dorada del propio rey y le atravesó con ella la espalda. No existe ningún argumento ni indicio de que Alfonso VI hubiera sido en algún modo inductor de tal muerte.
Reunifica León
Alfonso se encontraba en Toledo cuando le llega la noticia de la muerte de su hermano Sancho, y rápidamente regresó a Zamora y de aquí a León, donde convocó una curia extraordinaria del reino en la que fue reconocido y aclamado como Rey no sólo de León, sino también de Castilla y de Galicia.
Su hermano García (rey de Galicia) se hallaba desterrado en Sevilla, pero ante tal noticia decide regresar a Galicia, creyendo que sería aclamado como rey. La realidad es que fue apresado por su hermano Alfonso el 13 de febrero de 1073, y recluido en el castillo de Luna (León) hasta su muerte el 22 de marzo de 1090.
De este modo Alfonso cumplía con el viejo sueño leonés y reunificaba por segunda vez el gran Reino de León.
La toma de Toledo
Ocurrió en 1085 y fue un evento crucial en la historia de la Reconquista. Toledo, que había sido un importante centro cultural y político bajo dominio musulmán, era considerada una ciudad estratégica debido a su ubicación y riqueza.
Alfonso VI emprendió un asedio a la ciudad, que estaba defendida por el rey musulmán Al-Qadir. Tras varios meses de combates y bajo el peso de una serie de asedios, Toledo finalmente cayó en manos cristianas. La conquista fue significativa no solo por su importancia militar, sino también por su impacto cultural. Alfonso VI promovió una política de convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos, lo que permitió que Toledo se convirtiera en un centro de intercambio cultural y conocimiento. También la sede de la primera ceca donde se acuñarían las monedas del reino.
La conquista de Toledo en 1085 por Alfonso VI constituyó no sólo un hito decisivo en la historia de España, también fue un presagio de que se acercaba el fin del dominio islámico sobre la Península Ibérica. Los reyes de las taifas de Sevilla, Badajoz, Málaga y Granada conmocionados por la pérdida del reino de Toledo y sintiéndose en peligro ante el poderío del Rey leonés, reaccionaron de inmediato acudiendo a solicitar el auxilio del caudillo almorávide Yūsuf b. Tāšufīn.
El emir almorávide respondió favorablemente a los ruegos de sus vecinos de al-Andalus y atravesó el Estrecho con su ejército dirigiéndose por Sevilla a Badajoz acompañado por varios reyes de taifas con sus tropas. En el campo de Zalaca o Sagrajas, unos kilómetros al norte de Badajoz, tuvo lugar el encuentro con Alfonso y su ejército el 23 de octubre de 1086. Aunque fue una batalla igualada, Alfonso sufrió la primera derrota en varios años y fue herido en un muslo. Tras unas graves y sangrientas derrotas más y sin ninguna ganancia territorial, Alfonso se establece en Toledo y Talavera, haciendo de estos lugares bastiones inexpugnables y manteniendo la línea defensiva del Tajo hasta su muerte por enfermedad en el 1109.