Se hace con el Reino de León por herencia tras el fallecimiento de Vermudo III, y reina desde el año 1037 hasta su muerte en el invierno de 1065.
Fernando nació alrededor de 1016 en el seno de una monarquía influyente. Su padre, Sancho III de Navarra, era un rey poderoso que logró unificar varios reinos bajo su control, y su madre, Muniadona de Castilla, le aportó derechos sobre el Condado de Castilla, que sería crucial para su futuro. Fallece en León el 27 de diciembre de 1065
- Padres: El rey Sancho Garcés III de Pamplona y la reina consorte Muniadona de Castilla
- Hermanos: García Sánchez III de Navarra, Ramiro I de Aragón, Gonzalo Sánchez y Jimena (la esposa de Vermudo III)
- Esposa: Sancha Alfónsez de León
- Hijos: Sancho II de Castilla, Alfonso VI de León y Castilla, García II de Galicia, Urraca de Zamora, Elvira de Toro.
Jimena
En 1029, la muerte de García Sánchez de Castilla, sin herederos, llevó a que Sancho III incorporara Castilla a sus dominios y nombrara a su hijo Fernando como su conde. Fernando se casó con Sancha de León, reforzando sus derechos sobre el trono leonés a través de esta unión matrimonial.
En 1037, tras la muerte de Vermudo III en la batalla de Tamarón, Fernando se convirtió en rey de León, siendo el primer Jimena en el trono. La dinastía Jimena es una de las más influyentes durante la Edad Media en la península Ibérica, y proviene de Navarra.
Este evento fue crucial, porque significó la unión del territorio leonés y el condado castellano bajo el control de un sólo monarca por derechos.
Un gran político
Los primeros años del monarca no fueron nada fáciles, y el reino estuvo sumido en la anarquía durante casi dos décadas, anarquía motivada por un pueblo que no le quería, especialmente leoneses y gallegos. La Historia Silense nos relata estos primeros años con todo lujo de detalles, como por ejemplo los expolios y robos en iglesias por parte de la población, o la incapacidad que tenía Fernando I de invadir territorio musulmán porque tenía que emplear todos sus recursos en sofocar las revueltas.
Fernando viajó mucho esos primeros años, acompañado siempre de su esposa y un grupo de obispos, realizaban visitas, juicios, concilios…hasta que lograron satisfacer a los nobles rebeldes.
Consolidado su poder en León, extendió su influencia sobre Galicia y partes de Portugal.
También debemos a Fernando, la acuñación de la primera moneda para un rey en la península ibérica.
Las Parias
Del latín vulgar: “pariāre”, significa igualar dos cosas (una cuenta), saldar, pagar.
La política de las parias fue una de las estrategias más ingeniosas de Fernando. Al imponer tributos a los reinos musulmanes, Fernando no solo aumentó sus ingresos, sino que también debilitó a sus enemigos al obligarlos a pagar por mantener la paz. Esto le permitió disfrutar de estabilidad en sus dominios y financiar obras y campañas importantes, fortaleciendo su reino sin recurrir siempre a la guerra.
Su Muerte
Fernando I repartió su territorio en vida entre sus hijos, a Alfonso el Reino de León, Castilla para Sancho y Galicia para García, lo que condujo a disputas internas entre ellos por la supremacía del territorio. A su muerte en 1065 hubo un conflicto civil entre hermanos, pero finalmente la situación se estabilizó. Alfonso VI tendría un gran reinado en León, su hermano García II haría lo propio en Galicia, y Sancho II se convertiría en primer rey de Castilla. Con el control de estos tres reinos y Navarra, la dinastía Jimena pasaría a ser una de las más poderosas de Europa.