Cada una de las imágenes que integran este trabajo ha sido cuidadosamente inventariada y recreada (sobre lienzo) en aras de cierta preservación o amparo nostálgico de su esencia primigenia. Son, a buen seguro, señales de un tiempo ya periclitado: realidades en estado de deterioro detenido, algunas prácticamente desaparecidas, que antaño desempeñaron una función esencial y, por tanto, su conservación estuvo plenamente garantizada durante décadas. Una vez decaída esta utilidad, muchas de ellas pasaron a ser pasto de la ruina; de aquello que es preciso demoler (aquello que no es tenido en cuenta) porque no sirve específicamente para nada o se ha envejecido inconvenientemente con el paso del tiempo.
Más allá de la cordial evocación de todos aquellos operarios anónimos que en su día plasmaron con cuidado y esmero sobre pared de piedra o ladrillo (cuando su uso estaba perfectamente denotado y fijado por las ordenanzas municipales) las indicaciones pertinentes para facilitar la labor de los bomberos zamoranos, la muestra de estos registros e ideaciones trata también de rehabilitar lo marginal (por cuanto actualmente inútil o carente de sentido práctico) y ensalza la calidez de un tiempo en que se señalizaba a mano y se tanteaba con la mirada el revoque de las paredes.”
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