Antes de la romanización, el territorio de la Región Leonesa estaba habitado por cuatro grandes pueblos, los astures, los cántabros, los vettones y los vacceos
Las guerras por el territorio eran frecuentes entre los pueblos que habitaban el actual territorio leonés, pues allí convivían pueblos de cultura atlántica denominada celta por algunos, y los vacceos que eran de raíz celtíbérica, más mediterránea. Aunque fueron pueblos guerreros, también desarrollaron la cultura, las artes, el deporte y la gastronomía.
La organización colectiva era tribal, formada por grupos familiares en tres niveles: las “gentilitates” (los grupos familiares más pequeños) agrupados en “gens”, que juntas formaban un “populus” o pueblo. Se gobernaban por consejos de ancianos que intercedían en las decisiones, desde las más importantes hasta los pormenores de cada día y practicaban una economía de tipo colectivista basada en la agricultura y la ganadería.
El más avanzado de entre estos pueblos vecinos fue el de los llamados Vacceos: “Cada año, distribuyen la tierra arable a los labradores, y poniendo en común sus frutos, entregaban a cada uno su parte, y a los labradores que se apropiaban de alguna parte para ellos mismos, daban la muerte como castigo.” –Diodoro de Sicilia-
El origen de la cerveza se le atribuye a Egipto, sin embargo los astures ya elaboraban su propia cerveza y vino, como relata Estrabón en sus crónicas:
Los astures, durante dos tercios del año, se alimentan de bellotas de encina, dejándolas secar, triturándolas y luego moliéndolas y fabricando con ellas un pan que se conserva un tiempo, Conocen también la cerveza. El vino lo beben en raras ocasiones, pero el que tienen lo consumen pronto en festines con los parientes. Usan mantequilla en vez de aceite. Comen sentados en bancos construidos contra el muro y se sientan en orden a la edad y el rango –Estrabón, historiador griego-
La Resistencia heroica
El Imperio Romano llegó a casi todas las tierras del sur de la Europa antigua, no obstante, en algunas zonas, como por ejemplo la Cordillera Cantábrica, debido a su agreste orografía y a la bravura de sus gentes, los romanos debían construir y fortificar sus bases militares en ciertos lugares estratégicos, con el fin de crear asentamientos que perdurasen y aseguraran la presencia del Imperio en la zona.
Aunque los ástures y cántabros solían evadir los enfrentamientos frontales y se decantaban por las luchas de guerrillas frente a los romanos, no tuvieron otra opción que pactar una tregua entre ellos y aliarse para finalmente hacer frente al enemigo común.
Las ofensivas de Roma en dicha zona se iniciaron con el emperador Junio Bruto en el 137 ac. y culminarían en la campaña dirigida el 26 ac. por el emperador Augusto en persona.
Las “Guerras astur-cántabras” (29 a.c) duraron 10 años y fueron comandadas por el emperador romano Augusto en persona.
Una vez que los romanos consiguieron el propósito de someter bajo su yugo a los últimos pueblos libres del norte de Hispania, sus asentamientos comenzaron a prosperar y crecer, formándose así entre los siglos I y II, decenas de nuevas ciudades para el imperio, y que resultan ser los precedentes de muchas de las actuales ciudades leonesas.
En su etapa romana, el futuro territorio leonés fue inicialmente parte de la provincia Tarraconensis y al suroeste en menor medida de Lusitania. Sin embargo terminaría por quedar incluida en la nueva provincia de Gallaecia por Diocleciano.
El Oro Leonés
Uno de los principales motivos de la conquista del noroeste peninsular fue la apropiación y explotación de las minas de oro y otros metales que eran abundantes en esta zona, especialmente en la Cordillera Cantábrica y en la actual comarca leonesa del Bierzo, donde aún hoy se puede visitar las famosas minas de oro romanas de “las Médulas“, y comprobar in situ el complejo sistema de extracción y aprovechamiento del que eran conocedores los romanos.
Tras el retiro de los legionarios de las guerras astur-cántabras en la actual Mérida, se construyó una calzada romana que fue conocida como “Vía de la Plata” y que unía las estratégicas ciudades de Augusta Emerita (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga), convirtiéndose así en el principal corredor económico del oeste del Imperio Romano.
Las Nuevas Ciudades
Al someter finalmente a los pueblos ibéricos, los campamentos romanos, antaño lugares netamente militares, crecieron y se fueron transformando en prósperas ciudades. Por ejemplo, el asentamiento de la Legio VII Gemina dio lugar a la posterior ciudad de León y a su “cannaba” de Ad Legionem, y el de la Legio X Gemina a la ciudad de Astorga.
La huella romana está presente aun hoy en día en cualquier paraje del territorio leonés. Todavía se funden con el paisaje urbano un buen número de construcciones de la época, puentes romanos, arcos, calzadas, murallas, canales de riego… que siguen desafiando la huella del tiempo en toda la Región Leonesa.
En Astorga anualmente se celebran los juegos de “Astures y Romanos“, un popular evento en el que las gentes de la comarca recuerdan aquellos días de batallas y convivencia con actividades propias de la época.
Tras cientos de años de dominio romano en la zona, el imperio se debilita hasta desaparecer en la Península Ibérica, y pueblos germanos del norte llegan para establecerse en las futuras tierras leonesas.
Primero los suevos y seguidamente los visigodos se asentaron y aportaron su cultura por la zona, aunque fueron los segundos los que lograron hacerse con el control de casi toda la Península Ibérica tras la derrota sueva del 575. Son visibles sus huellas en la iglesia de San Pedro de la nave en la provincia zamorana, considerada entre las mejor conservadas de su época.
En la batalla de Guadalete (del 19 al 26 de julio del 711) en la que se resolvía la guerra civil entre visigodos por la sucesión regia, muere Rodrigo, uno de los candidatos. Akhila II tendrá un breve reinado, y junto a sus aliados musulmanes, irán controlando la Península Ibérica hasta completar el proceso en el 714.
Año 718, se funda el Reino de los Astures
Un noble godo, que no acepta la sumisión al Califa de Damasco crea en el 718 el precedente de lo que terminará siendo el Reino Astur o Reino de los Astures (en latín ASTURUM REGNUM).
En el siglo XI, Pelayo que hasta entonces era un conocido aristócrata y militar astur hijo del Duque visigodo Favila, inicia un proceso de expansión en contra del califato, que ha sido denominado de forma legendaria “Reconquista”.
En sus comienzos, la extensión territorial del asturum regnum se limitó al norte cantábrico y comarcas adyacentes. Cuando el emir de Córdoba abandona los territorios al norte de la Marca Andalusí para transformarlos en tributarios del imperio, los reyes astures iniciaron su expansión territorial que a finales del siglo IX se asentó en el río Duero. Al sur quedaba una franja territorial sin articulación clara hasta la Marca Andalusí, que fue tributaria unas veces del Califa de Bagdad y otras del rey de Oviedo.
Un nuevo Reino
Corría el año 910 cuando Alfonso III fallece, produciéndose la sucesión regia, repartiendo en tres reinos para los tres hijos su territorio: Galicia, León y Oviedo.
García, el hermano preeminente fijó en Legio (León) sus palacios. Estaba amurallada por una legión romana, sus tierras eran llanas y fértiles, y tenía una excelente situación estratégica. García se convirtió así en el primer Rey de León. A su muerte, Ordoño, rey de Galicia subordinado hasta entonces a su hermano, toma la corona de ambos reinos y fija su sede también en Legio.
Finalmente, al fallecer Ordoño, su hermano Fruela, subordinado a Ordoño, pero rey de Oviedo, hereda la corona y reúne nuevamente el territorio de Galicia, Oviedo y León bajo el mismo cetro en 925. León quedaría asentado como sede regia durante 320 años
El avance hacia el sur de la Corona Leonesa fue variable, discontinuo y complicado. Se alternaron períodos de conquistas con otros de estabilización de fronteras o incluso de retroceso.
En la agitada segunda mitad del siglo X, León era tributario del Califa de Córdoba y hasta 4 aspirantes al trono se proclamaron reyes de Galicia. Sin embargo, el siglo XI estabiliza la situación al estallar el Califato de Córdoba en los reinos de taifas, y extender los dominios de la Corona Leonesa hasta la actual Rioja.
La Corona leonesa se convierte en árbitro entre las taifas, pero el Cisma de 1054 crea una situación política insostenible: el recién autoproclamado Papa de la cristiandad amenaza con una cruzada contra el reino si la iglesia leonesa no rompe los vínculos tradicionales con los patriarcas de Alejandría y Constantinopla.
En 1296 Juan I se proclama Rey de León, Sevilla y Galicia, reinado que concluirá en 1301. Pese a todo, el Reino de León continúa reuniendo sus cortes por separado hasta 1348. . Además, mantendrá personalidad institucional a través de sus adelantados y merinos regios.
La influencia del Reino de León en la Historia de España es impactante. Un estudio de la universidad de Oxford detecta en el 48% del adn de los españoles rasgos de una época y lugar concretos, el Reino de León y la expansión de sus habitantes tras la Reconquista.
Desde el 1492 en adelante, las fronteras de los reinos y sus provincias no cesaron de modificarse, favorecida por la boda de 2 de los monarcas más poderosos de la Península Ibérica, Isabel reina de la Corona de Castilla y Fernando rey de la Corona de Aragón.
El Reino de León mantiene su estatus e independencia dentro de la Corona castellana al igual que otros Reinos que la componían, como por ejemplo el Reino de Toledo, el de Galicia, el de Sevilla o el de Murcia.
Las 50 Provincias
Sobre 1590, las provincias dentro de los reinos que componían las coronas, pasaron de 21 a 50. En los territorios leoneses de la época, llama la atención la enorme extensión de la provincia salmantina, la ya inexistente provincia de Toro o los territorios dispersos en otras provincias. En todo caso estas “provincias” tenían más un valor fiscal y jurisdiccional que algo homologable a lo que son hoy.
En los siglos posteriores, el Reino de León entrará en una decadencia económica que le alejará de los centros de poder del momento.
Curiosidad histórica : En este periodo, el Reino de Galicia no tenía voto en las Cortes de la Corona de Castilla, y era Zamora la que decidía por ellos. En 1623 los diplomáticos gallegos consiguen “convencer” a la Corona y logran el derecho a voto para Galicia previo pago de 10.000 ducados.
Las Guerras Napoleónicas y el nacimiento de España
Las guerras napoleónicas tuvieron especial impacto en el reino leonés. Los franceses avanzaban camino de Portugal conquistando todo a su paso, y el Reino de León era de obligada parada en su camino. Importantes batallas tuvieron lugar en tierras leonesas, como la “Carrera de Bevanente“, la batalla de Cogorderos, la batalla de Cacabelos o “los sitios de Astorga“.
Las tropas francesas destruyeron parte del patrimonio leonés. Por ejemplo, usaron el panteón real como pesebre temporal, y vaciaron los restos óseos de varios reyes leoneses para usar los sarcófagos como abrevadero para sus caballos.
En plena guerra de la independencia, las coronas de Castilla y de Aragón se unen en el primer intento para crear un estado moderno, firmando en 1812 la Constitución de Cádiz. Esto es, según los expertos, el inicio de España como nación soberana y la dilución de los reinos precedentes, como el Reino de León.
Así pues, desde su creación por el Rey García I en el 910 hasta “la constitución de Cádiz” de 1812 suponen 902 años de historia “oficial” como reino reconocido, que no está nada mal si lo comparamos con los 722 del reino de Inglaterra por ejemplo.
El “periodo negro” en tierras leonesas comenzó con la emigración de su población hacia ciudades más industriales en el siglo.XX, y continuó con el ritmo negativo en cifras demográficas y económicas hasta hoy en día. Varios son los motivos, culturales, sociales, políticos…etc
Las Comunidades Autónomas
A partir de la firma de la constitución española de 1978 , se crearon diversos estatutos de autonomía por todo el país. A priori era sencillo basándose en las regiones ya existentes o en “nacionalidades históricas”, como dice la propia constitución en dos de sus artículos:
La Constitución de 1978: garantiza y reconoce el derecho de autonomía de las nacionalidades y regiones que la componen.
pero…¿Qué sucedió con la Comunidad autónoma Leonesa? ¿Por qué ya no tiene autonomía?
En 1979, los políticos deciden sin consulta ciudadana unir los territorios leoneses y los castellanos bajo una misma autonomía, y se crea la comunidad autónoma de Castilla y León, siendo la última vez que el Reino de León tiene fronteras propias.
Pese a las decenas de manifestaciones en contra con miles de ciudadanos en las 3 provincias leonesas, el proceso sigue adelante por intereses políticos personales. Se cree que el poco peso económico de ambas Regiones a la hora de la creación del engendro autonómico jugó un papel muy importante
La actual comunidad autónoma a la que pertenece el Reino de León, reconoce en sus estatutos que la forman dos regiones históricas, León y Castilla, pero esto carece de reflejo político.