La pelota a mano fue antaño un deporte muy popular en los pueblos de la región. Desde León a Salamanca era habitual ver frontones o trinquetes en los que se practicaba este viejo deporte. La gran afición de los leoneses por este juego hizo que se habilitasen canchas por todo el territorio. Debido a la facilidad para practicarlo, hizo que salmantinos, zamoranos y leoneses no tuviesen nada que envidiar a los pelotaris vascos en cuanto al perfeccionamiento de la técnica.
Es un deporte nacido en Francia que se popularizó en todo el país galo sobre el siglo XII. Dos siglos después ya se había expandido por Europa, probablemente por los religiosos que lo practicaban.
La palabra frontón deriva del latín “frontis” y significa frente, parte anterior, fachada, y en este juego hace referencia a la pared en la que rebota la pelota. Es habitual que la propia pared de un edificio alto, por ejemplo una iglesia, fuese el frontón.
El trinquete es la cancha que incorpora además una o dos paredes laterales, su nombre proviene del francés “trinquet”.
Como tantas costumbres por estas tierras, la despoblación unida a la falta de jóvenes han hecho que se abandonen muchas canchas y que este juego haya perdido mucho arraigo respecto a lo que fue en un pasado. No obstante se sigue practicando en mayor o menor medida en muchas poblaciones, y es un deporte habitual de los veranos en el pueblo.
En cuanto a la práctica profesionalizada del juego, algunos organismos intentan recuperar la tradición por medio de torneos, como por ejemplo el Open de Zamora que en este 2023 celebró su tercera edición con bastante éxito.
Foto principal: frontón de Berganciano (Salamanca)