Una antigua festividad que se resiste a desaparecer
Nava de Francia es una pequeña localidad con orígenes prehistóricos de la comarca salmantina de la Sierra de Francia, su nombre “nava” alude a una zona elevada o planicie, y es que se halla situada en la parte nor-oriental de la montaña sagrada de los serranos: la Peña de Francia.
Allí arriba en aquel alto
está la Peña de Francia,
un poquito más abajo
El Casarito y la Nava…
La fiesta del Perrero
El último día del año, se celebra en esta localidad una antiquísima celebración esperada por los vecinos durante todo el año, y en la que participará todo el pueblo.
Días antes, el ayuntamiento nombra los cargos de tan especial fiesta, que consisten en:
- El Perrero: El personaje más importante.
Es un mozo que viste con una camisola de lino estampada a castros (a cuadros). La camisola le arrastra hasta los pies y la ciñe un cinto del que cuelgan dos emborlas (borlas) similares a las del cíngulo con el que se ciñen los sacerdotes el alba; Porta también un gran collar hecho de toras (bogallas) de robles, rematado con una cruz rústica de palos de laurel y en uno de los pies lleva atado un cencerro.
Persigue a los vecinos con un látigo, y estos a la vez que escapan de él le recitan una retahílaPerrero, machuquero, macha el ajo en el mortero; me comistes la morcilla, me dejastes el morral; anda, goloso, golilla, que tú volverás.
El perrero persigue a las gentes durante toda la mañana de la fiesta antes de la celebración de la misa.
- Los Mayordomos: Dos hombres escogidos entre los casados más recientes. Les acompañan sus esposas.
- Los Alguaciles: Dos mozos que acompañan al perrero portando dos varas adornadas con lazos y flores
- Los Campaneros: Durante esta fiesta el sonido de campanas es habitual, y los campaneros son una parte importante. Las tocarán la noche previa al evento, en el canto de la alborada etc.
- Monaguillos: Muchachos que ayudarán en la misa celebrada a última hora de la mañana, siendo el último momento de la fiesta.
Tras la misa, se celebra en el local del pueblo el convite para todos los asistentes; antiguamente dicho convite era costeado por los mayordomos del año, en la actualidad lo paga el ayuntamiento y consiste en dulces, anís, coñac, vino…
Por la tarde y tras recuperarse de tanto trajín con una buena comida, los vecinos acuden a la plaza del pueblo, donde disfrutarán del baile al son del tamboríl y gaita.