Sí, lo reconozco. He cumplido años por encima de mis posibilidades. El tiempo ha pasado muy rápido y ya me queda lejos el significado de lo que es un “cripto-bro“, lo que da “cringe” o de que alguien sea un”admin“. En mis tiempos -maldita sea, creía que nunca iba a utilizar esa frase en mi vida- usábamos otras palabras que pensábamos que eran muy modernas. Un amigo era un “colega“, un coche era un “buga” y algo muy bueno “estaba de pila master“. Y aunque yo ya no utilizo esas expresiones para no delatarme como “boomer” total, sí que viene al caso de la inauguración de la estación de autobuses de León una expresión muy noventera: “menos lobos“.
Ilustraré a los lectores más jóvenes, “en plan” que la frase completa era “menos lobos, Caperucita” y significaba que alguien se estaba dando demasiados aires de superioridad. Alguien se chuleaba sin razón. Pues este sería el caso de la estación de autobuses de León. La inauguración fue por todo lo alto y no faltaron altas dignidades de la Junta, ni discursos rimbombantes. Se ponderó que la estación había costado tres millones de euros y que era el culmen de lo moderno. Como la anterior estación tenía un aspecto tan decadente que hubiera asustado a los actores de “The walking dead”, a todos nos lloraron los ojos de emoción al contemplar la reforma. Sin embargo, la realidad de es tozuda. Y pronto han surgido las contradicciones. El sindicato Unión Sindical Obrera ha denunciado los riesgos para los usuarios y las deficiencias técnicas. También llama la atención que el presupuesto para la estación de autobuses de Valladolid es de 30 millones de euros. Teniendo en cuenta que la población de Valladolid es el doble que la de León lo lógico es que la de Pucela hubiera costado seis. Pero ya sabemos que en esta comunidad nada es lógico. Lo que sí destaca en la flamante estación de León es la abundancia de logos de la Junta. Prácticamente es imposible dar un paso sin toparte con uno bien grande. Salta a la vista que la Junta en este caso ha sobreactuado. La hiperinflación de logos esconde grandes carencias económicas y de seguridad. Así que con mucha nostalgia y un pelín de orgullo “boomer” hay que decirle a la Junta “menos lobos” o mejor, “menos logos” (y más inversiones para la Región Leonesa).