“¡Qué alegría me dio el otro día, de verdad! Y es que tengo que dar mi enhorabuena, así, bien grande, a la Policía Local de León.
Verán, yo llevo años con mi patinete, desde que esto empezó, vamos. Me considero ya una veterana. Y lo primero que quiero dejar claro es que no todos somos unos cafres. Ni conducimos mal, ni nos saltamos las normas. Muchos vamos con nuestro casco, nuestras luces (¡incluso de día!), por la carretera, sin trucar el patinete, sin pasarnos de velocidad y, por supuesto, sin ir de dos en dos. Que parece mentira que haya que decirlo.
Precisamente por eso, lo que vi hace unos días me dio un subidón. Iba yo tan tranquila con mi patinete por el puente ese que une la glorieta del Avión y la rotonda de Carlos Pinilla, en plena hora punta, sobre las dos de la tarde. Y de repente, ¡zas! ¡Allí estaba la Policía Local, multando a los tontos de siempre! Sí, a dos tíos con pintas de reguetoneros, subidos en un solo patinete en esa subida tan concurrida. Mi alegría fue tal que me animé a escribir esto por dos motivos: primero, para que la gente sepa que no todos los que vamos en patinete somos iguales, y segundo, para pedir, por favor, que sigan así. Que pongan orden de una vez por todas, por el bien de todos.
No se trata de que estén todo el día detrás de nosotros, vigilando cada paso. Pero está visto que, con los tiempos que corren, la gente no entiende de respeto. Y no queda otra que la mano dura, hasta que aprendan que las normas están para cumplirse. Porque al final, ya sabes, acabamos pagando justos por pecadores.”
Texto enviado por: Mónica Prieto
Fotografía principal. AUVMPLEÓN