Soy tan boomer que recuerdo cuando Felipe González dejó de ser presidente del Gobierno. Durante un tiempo se dedicó a dar conferencias al estilo de los grandes gurúes del pensamiento político. Uno de sus mantras preferidos era decir que en el futuro las guerras se harían por el agua. Es verdad que se han llegado a producir varios conflictos que tienen el agua como trasfondo. Me estoy refiriendo a la guerra de Siria, de la que son atentos espectadores tanto Israel como Turquía. También los conflictos internos que hay en Bolivia y Perú, donde el agua está como trasfondo de las maniobras de grandes multinacionales. Esta imagen tan seductora a lo Mad Max (otra referencia boomer, perdón, no puedo evitarlo) de un mundo post apocalíptico luchando por la posesión del agua tiene su excepción en la Región Leonesa. Y es que aquí, tierra de agua hasta el punto que el nombre de alguna de sus comarcas lo lleva en su etimología (Omaña, Aqua Magna, me viene a la mente casi sin pensar) y tener embalses como el de Santa Teresa o el de Ricobayo, el hecho de ser desposeídos de nuestra agua no parece plantear ningún conflicto. No digamos un conflicto bélico ,siempre indeseable, sino simplemente un conflicto político. Aquí, que se solapen en el tiempo las noticias de que en Valladolid se va a constituir una especie de mar (gracias a las aguas leonesas) y a la vez que se sepa que fue una decisión consciente no recuperar los millones de toneladas cúbicas de agua resultantes de destruir los acuíferos de la variante de Pajares no produce prácticamente ningún efecto. Las aguas están mansas. La verdad es que para los próceres del estado, viendo en perspectiva, no puede haber mucha preocupación. El PSOE de la provincia de León semeja ser una maquinaria muy dócil. No se esperan reacciones a algo que compromete gravísimamente el futuro de la Región Leonesa. Igual de dócil parece ser el Partido Popular de la provincia de León, que tampoco al alza la voz, no sea que le vayan a llamar leonesista. Reacciones de la Junta de Castilla y León: no sabe/ no contesta. Y es que este caso nos tiene que servir para saber que si no tenemos una autonomía propia de la Región Leonesa, nadie va a venir a salvarnos.
¿Para qué sirve una autonomía? ¿Para crear más funcionarios que despilfarran en el erario público? (claman los que siempre están dispuestos de ahorrar del dinero público pero dispuestos a dárselo a lo privado). Pues sirve precisamente para defendernos en ocasiones como éstas. Sirve para rectificar errores, sirve para corregir abusos, sirve para planificar el futuro. Sirve para garantizar que no desaparezca la Región Leonesa (de Historia milenaria).Espero que, por lo menos, tenga razón ese refrán (sí, uno de esos tan despreciados refranes) que dice que hay que temer a las aguas mansas. Me quedo a ver cómo se levanta el oleaje.