La demografía ha sido, desde la creación de Castilla y León, uno de los mayores problemas que asolan a la Región Leonesa.
Es evidente que el problema de la despoblación es un mal endémico que asola casi (muy remarcado ese casi) todo el interior peninsular. La España Vaciada es una realidad, y esta no tiene voz, o al menos es callada por aquellos que o bien gritan más fuerte o bien colaboran para que se mantenga en silencio su reivindicación.
Bajo mi humilde opinión, la riqueza de un país a largo plazo no se consigue concentrando población y recursos en puntos concretos dejando la mayor parte del espacio sin vida. Creo que los modelos europeos a seguir en este sentido son el italiano o el alemán. Alcanzarlo a día de hoy, con las facilidades que ofrecen las tecnologías, no es muy complicado, lo que sí es más complicado es convencer al poder político y económico asentado en Madrid, como si de una metrópoli dominando a sus colonias (las provincias), se tratase.
Este debate puede dar mucho de sí, aunque no quiero desviarme de lo que vengo a exponer. Si bien existe un concepto claro de España Vaciada, no todo el territorio ha sufrido el mismo proceso de despoblación. Bajo mi punto de vista, existen diferentes grupos, que podrían definirse de esta manera:
- Territorios históricamente despoblados con situación estable: son aquellas provincias que a pesar de tener una densidad poblacional muy baja, no han sufrido un proceso de despoblación excesivamente acelerado en el periodo democrático. En esta sección tendríamos el ejemplo de Soria o Teruel.
- Territorios históricamente despoblados con tendencia desigual: son aquellas provincias que por razones diferentes tienen zonas claramente diferenciadas. Por un lado, centros pujantes y bien comunicados (normalmente la capital provincial o zonas con acceso a vías de alta capacidad) donde el crecimiento es acelerado, y grandes áreas de despoblación con tendencia negativa. Dentro de este apartado se podrían distinguir dos subapartados: las que forman parte del área de influencia urbana de Madrid y las que no. En el primer grupo tenemos el ejemplo de Segovia, Toledo o Guadalajara, y en el segundo el de Zaragoza y, en menor medida, La Rioja.
- Territorios con un pasado de escasa capacidad productiva, pero poblados con actual tendencia a la despoblación. En este caso nos encontramos el grueso de las provincias de interior de España, donde no existía mucha industria y la agricultura y ganadería predominaban. A pesar de ello han tenido un peso poblacional relativamente alto, y su tendencia actual es mala o nefasta, como es el caso de Cáceres o Salamanca y, en mayor medida, Zamora, entre otras.
- Territorios con un pasado productivo y poblado, con una tendencia demográfica negativa: En este grupo se podría incluir provincias con un nivel industrial en el pasado relevante para la economía nacional, pero que han sufrido un proceso de retroceso tanto en materia productiva como demográfica. León sería un claro ejemplo.
Es evidente que las provincias de la Región Leonesa tuvieron un pasado mucho más próspero que el presente que vivimos y que su situación actual difiere mucho de otras provincias que integran Castilla y León a pesar de que el problema de la despoblación haya pasado por todas ellas.
Como bien expone el ingeniero aeroespacial aficionado a los datos, David Corcoba (@TheStig23F en X), la diferencia entre las regiones es evidente. Un ejemplo gráfico y visual del que se pueden extraer varias conclusiones es el de la variación porcentual de población de cada una de las provincias de Castilla y León desde su creación:

Como comentábamos previamente, una generalización de la situación para toda la España Vaciada sería completamente errónea. Y, sin más profundidad de análisis que este gráfico, se evidencia parte de lo que se ha comentado previamente: la situación de la Región Leonesa solo es comparable dentro de Castilla y León con las provincias de Palencia y Ávila. Esta última incapaz de aprovechar el tirón de la cercanía a Madrid, como sí hace Segovia, por las malas comunicaciones e infraestructuras. Valladolid, como es evidente, aprovecha su situación privilegiada (geográficamente, forzada por la creación de Castilla y León y, políticamente por el centralismo institucional y empresarial) para crecer a costa de las provincias de su alrededor, como hace Madrid con la España interior (una de las características que sí comparten el grueso de provincias de la España Vaciada).
Si nos centramos en la situación de este último año, el panorama sería el siguiente:

En este caso, la interpretación inicial donde explicábamos que por ejemplo el caso de Soria podría suscitar discusiones (al afirmar que no sufre una despoblación acelerada ya que siempre estuvo despoblada) se hace más evidente. Incluso la situación de Ávila y Palencia, cuyo rendimiento se asemejaba más al de la Región Leonesa es positivo. También el de Salamanca. Posiblemente estemos ante un cambio de tendencia al que se sumará la Región Leonesa (principalmente porque poco más hay que perder), pero siempre con años de retraso. ¿Es esta última aclaración una razón más para atender al agravio que sufrimos? Respóndanse ustedes mismos.
Artículo por: Raúl Rodríguez y David Corcoba