Los 160 trabajadores de la fábrica que Azucarera dispone en La Bañeza, han rechazado unánimemente el cierre propuesto por la dirección, calificándolo de “injusto e innecesario“. Este cierre no solo afectaría a los empleados, sino también a la economía local ligada al cultivo de remolacha y a diversas industrias y servicios.
La decisión de la empresa supondría el fin de casi un siglo de actividad azucarera en la localidad. Los trabajadores exigen que se reconsidere la decisión y que la comisión negociadora busque soluciones alternativas para mantener los puestos de trabajo. Han anunciado un calendario de protestas y movilizaciones, instando también a los agricultores y a las administraciones a intervenir para preservar la actividad de la fábrica.