Si en agosto tienes pensado viajar por tierras salmantinas, hay una cita que no puedes dejar escapar: La Loa de La Alberca. Un espectáculo único donde tradición, teatro medieval y fervor popular se funden en una representación que lleva siglos conquistando a vecinos y visitantes por igual.
Interés Turístico Nacional

Cada 16 de agosto, La Alberca se transforma en un escenario ancestral donde se representa La Loa, una pieza teatral única en España que combina tradición, religiosidad y espectáculo popular. Esta obra, considerada uno de los autos sacramentales más antiguos del país, forma parte de las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora de la Asunción, declaradas de Interés Turístico Nacional.

La Loa se celebra en el Solano, tras el encierro matinal por las calles del pueblo y el repique de campanas que convoca a los vecinos. La representación, de unos 30 minutos, escenifica la eterna lucha entre el bien y el mal, con una puesta en escena cargada de simbolismo y dramatismo.

El demonio aparece montado sobre la “serpiente”, un monstruo con cuerpo de chivo y siete cabezas de serpiente que representan los pecados capitales.

Acompañado por un espectáculo pirotécnico que simula el fuego del infierno, el demonio intenta seducir a los galanes que celebran la Asunción.

Pero entonces irrumpe el Arcángel San Miguel, acompañado por siete angelitos que encarnan las virtudes, para derrotar al mal y restablecer el orden divino. El texto, en verso y de autor anónimo, conserva rasgos del teatro barroco español y ha sido transmitido oralmente durante generaciones.
Más allá del espectáculo: historia y evolución
La Loa de La Alberca hunde sus raíces en el teatro religioso del Siglo de Oro, derivado de los introitos que precedían las comedias y autos sacramentales. Aunque su origen exacto es difícil de datar, estudios comparativos sugieren que podría haber surgido entre los siglos XVII y XVIII.

Su estructura dialogada, la presencia del gracioso como introductor y la mezcla de elementos sacros y profanos la vinculan con las llamadas loas entremesadas, una evolución del género que incorporaba humor, crítica social y participación popular.

La obra ha sido conservada en tres versiones escritas, recogidas en la primera mitad del siglo XX, aunque ninguna coincide plenamente con la representación actual ni con los testimonios orales documentados. Esta variabilidad refuerza su carácter híbrido, entre lo culto y lo tradicional, y su valor como patrimonio inmaterial.
Una tradición viva
Lo más extraordinario de La Loa es que sigue siendo interpretada por vecinos del pueblo, quienes transmiten los papeles de generación en generación.

La iglesia permanece cerrada durante la representación, en señal de respeto ante la aparición de Lucifer. El acto se convierte así en un ritual colectivo que reafirma la identidad cultural de La Alberca y su vínculo con el teatro popular.