En el oeste ibérico, donde se fusionan mitos ancestrales y realidad, existen varias leyendas sobre procesiones de ánimas que vagan por los bosques y sendas. La santa compaña de Galicia es la más popular para los españoles, pero existen otras leyendas similares de norte a sur de la península, y en la región leonesa también tenemos las nuestras.
Los expertos apuntan que su origen podría ser una mezcla de creencias locales celtas fusionadas con las historias traídas de otras tierras por los invasores y la emigración, más concretamente de Gales, Bretaña o los países nórdicos. Su mezcolanza habría tenido como consecuencia estas leyendas únicas que aún hoy perviven en el imaginario colectivo.
Si te has quedado rezagado/a en un bosque o monte pasada la medianoche y de repente se levanta un frío viento, viene un intenso olor a vela quemada mezclado con humedad, y los animales huyen despavoridos… es posible que te vayas a cruzar con la estadea, un poderoso espectro de mujer sin rostro y de olor intensamente mohoso, similar al de los sepulcros, que guía una procesión de muertos compuesta por dos hileras de ocho almas en pena cada una.
La funesta comitiva va descalza y ataviada con sudarios y capuchas, portando velas o huesos encendidos que iluminan el camino hacia alguna casa en la que anunciar la pronta defunción de algún infeliz.
También llamada güeste d´animas en leonés. La palabra Güeste derivaría de la expresión Hostis Antiqua que significa «ejército antiguo», y cuyo origen se remonta a la mitología nórdica. Otras investigaciones citan como origen de esta leyenda el día del Samhaim celta, en el que los difuntos regresan por unas horas.
Estas denominaciones aluden a una procesión espectral nocturna proveniente de los distintos cementerios, la cual se manifiesta por los caminos ante los vivos en el mes de los santos con la finalidad de anunciar alguna muerte, algún reproche o llevarse a alguien con ellos. Si te cruzares con la hueste no debes tocarles ni aceptar trato alguno, y si protegerte necesitas, realiza un círculo con sal en el suelo y entra dentro de él.
Fuentes documentales: Álvaro Van der Brule, Sonia Corral, JM Sadurní, blog Zamora es más, Emilio Gancedo, wikipedia