La provincia de León no se quita el traje de luto tras el fallecimiento de un bombero en un accidente ocurrido durante las labores de extinción de los incendios que azotan la región. El siniestro tuvo lugar en una pista forestal de Espinoso de Compludo, una pequeña localidad cercana a Ponferrada, cuando la autobomba en la que viajaban dos miembros del operativo volcó por causas aún desconocidas. El conductor del vehículo perdió la vida, mientras que su compañero resultó herido.
Semana negra para la Región Leonesa
Con esta nueva pérdida, ya son tres las víctimas mortales en León en menos de siete días. Dos voluntarios fallecieron tras ser alcanzados por las llamas, y otros seis sufrieron graves quemaduras en Abejera (Zamora). A nivel nacional, la cifra asciende a cuatro muertos, contando el fallecido en el incendio de Tres Cantos (Madrid).
Una gestión bajo la lupa
La tragedia ha reavivado las críticas hacia la gestión autonómica de los incendios forestales. La falta de medios, la precariedad de los operativos y la improvisación en la coordinación han sido señaladas por sindicatos y expertos como factores que agravan el riesgo para quienes luchan contra el fuego. “Es una vergüenza de autonomía”, se escucha cada vez con más fuerza entre los profesionales del sector, que denuncian la desprotección y el abandono institucional.
Reacciones oficiales
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, expresó en redes sociales su “conmoción” por el fallecimiento y deseó una pronta recuperación al bombero herido. Sin embargo, sus palabras no han calmado el creciente malestar entre los cuerpos de emergencia y ciudadanos, que exigen medidas concretas y urgentes.
Un llamado a la responsabilidad
Tras la muerte de los voluntarios, las autoridades han pedido a la población que se abstenga de intervenir en las labores de extinción sin formación ni coordinación profesional. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, instó a seguir estrictamente las indicaciones de los equipos especializados, calificando la situación como “compleja y extremadamente peligrosa”.
Este nuevo episodio pone de manifiesto la necesidad de repensar el modelo de prevención y respuesta ante incendios en Castilla y León. Porque cuando el fuego se cobra vidas, no basta con condolencias: hace falta responsabilidad, inversión y voluntad política, justo lo contrario a lo que nos tiene acostumbrados la Junta.
