La acción llevada a cabo por un hombre prácticamente desconocido en su época motivado por un amor platónico, y que fue criminal para unos y heroica para otros, cambió el curso de la historia de un país embrionario de España ocupado por hordas moriscas.
Vellido Dolfos se llamaba aquél que mató ante las murallas de Zamora al rey usurpador Sancho II en lucha contra su hermana Urraca a quien mantuvo asediada más de siete meses. Vellido, que era un hombre sin historia y que hizo historia, fue odiado por castellanos y admirado por leoneses y zamoranos. Gracias a él, Alfonso VI recuperó su trono, reunificó los reinos de su padre Fernando I, y extendió sus territorios más allá de las taifas. Su temeraria acción por el amor a una mujer, se convirtió sin saberlo en asunto de Estado.