Todos hemos escuchado alguna vez estas palabras de labios de alguien que nos insta a trabajar más duro y a tener más constancia para terminar algo. Ese es el significado de tan antigua frase, pero ¿de dónde viene?
El documento más antiguo donde aparece esta frase, es en la novela “La Celestina” de Fernando de Rojas, escrito en 1499.
Aunque seguramente el dicho es mucho más antiguo pues alude al cerco de Zamora, hecho histórico que aconteció en dicha ciudad durante el año 1072, cuando el rey castellano Sancho II somete a la población a un largo asedio que duró siete meses.