La alfarería de Tormes es famosa por su dureza y plasticidad. Se mantienen en la actualidad los barreros de donde se sigue extrayendo el barro, y los coladeros donde se bate y se prepara, tal y como lo hacían sus antepasados. Muchos de estos espacios, cuentan aún con su propio horno, permitiendo un recorrido histórico de los mismos.
Los alfareros albenses evolucionaron hacia piezas más decorativas, surgiendo un estilo propio llamado filigrana.
Consiste en la superposición de diferentes niveles de asas hasta crear vistosos decorados únicos