Estas son las conclusiones del estudio llevado a cabo por el catedrático de filología gallega y latina de la Universidad de Vigo Xosé Henrique Costas y su equipo, las cuales dejan en muy mal lugar a las entidades públicas y privadas del país luso, custodio del idioma.
La solución para invertir esta tendencia, dice la propia investigación, sería que el gobierno portugués cumpla la Carta Europea de Lenguas Minoritarias, proyecto de la UE donde fue incluido el mirandés en 2001. También resalta la necesidad urgente de actualizar la ley del mirandés y dotarla con medidas bien planificadas.
El catedrático considera dos problemas clave que le suceden al mirandés, el primero ha sido una caída enorme en número de usuarios y el segundo el fracaso de las políticas de las administraciones públicas portuguesas.
Desde luego que las cifras del estudio no pueden ser más alarmantes; según estas la generación de nuestros mayores es la que más usa el mirandés con un 70 u 80% del total de hablantes. Entre la generación más joven ronda el 2%, y entre los menores de 18 años estaría entre el 1 y el 2%.
El mirandés en palabras de Xosé Henrique:
“no tiene un futuro garantizado“
El estudio se basó en el análisis de 350 encuestas realizadas en Miranda do Douro por un equipo de estudiantes de la Universidad de Vigo en colaboración con la Asociación Mirandesa de Lengua y Cultura.
Este 2023 se cumplen veinticuatro años de la oficialidad del mirandés en Portugal, no obstante si nadie lo remedia la siguiente generación no va a conocer esta lengua, y con ello se perderá un cachito del milenario Reino de León.