En este 2 de julio, Día Mundial del OVNI y del avistamiento extraterrestre, la atención se centra en los fenómenos aéreos no identificados que, a lo largo de la historia, han desconcertado a expertos y ciudadanos por igual. Con el debate sobre la existencia de estos objetos en auge, incluso en el Congreso de los Estados Unidos, que no encuentra explicación a grabaciones recientes, nuestra región no ha sido ajena a estos “expedientes X” que, décadas después, siguen sin una respuesta concluyente.
El misterio ha sobrevolado repetidamente las provincias de León, Salamanca y Zamora, generando relatos que van desde luces en el cielo hasta encuentros más enigmáticos. De los 80 informes desclasificados por el Ministerio de Defensa en toda España, cinco corresponden a la autonomía, lo que subraya la recurrencia del fenómeno en nuestro territorio.
Avistamientos recurrentes en León
León ha sido escenario de múltiples incidentes que desafían la lógica. Uno de los más documentados es el de Puente Almuhey en 1968. Allí, ocho testigos afirmaron haber visto un “raro objeto” de color rojo en varios días de diciembre. Las observaciones hablaban de una luz potente estacionada en el espacio, o de un objeto circular de dos metros que se descomponía y regeneraba. La investigación militar de la época, aunque agrupó los casos, no pudo ofrecer una hipótesis justificativa fiable debido a la “escasez de datos”.

Otros relatos leoneses incluyen el de Nogarejas a Castrocontrigo en 1980, donde un testigo describió una luz zigzagueante que se transformó en dos focos fijos de intensa luz blanca. En La Vecilla, en agosto de 1978, una pareja y posteriormente un grupo numeroso, observaron luces rojas y blancas que cambiaban de tono, se movían a gran velocidad y, asombrosamente, respondían a las señales luminosas de su coche. Además, en 1980, cerca de Villamejil, un testigo aseguró haber esquivado un gran resplandor ovoidal metálico que se deslizaba a ras de la carretera. La capital leonesa también tuvo su episodio en 1990, con múltiples testigos viendo una nave ovalada de gran luminosidad, que aparecía en medio de una niebla y desaparecía espontáneamente desde puntos como el Estadio Hispánico.
La “zona caliente” zamorana
La provincia de Zamora también cuenta con su propia colección de relatos inexplicables. En Granja de Moreruela en 1974, un pescador y su primo afirmaron haber presenciado un humanoide levitando. La capital zamorana vivió un avistamiento impactante en 2003, con un OVNI triangular sobrevolando la comisaría de policía. Los años noventa reportaron avistamientos esféricos entre Casasola de Arion y Morales de Toro, dejando atónitos a numerosos testigos. Estos fenómenos, junto con casos como los círculos en los cultivos registrados en 1992 y decenas de avistamientos documentados más, reflejan una actividad OVNI caliente en la provincia zamorana.
Testimonios de peso en Salamanca
Por su parte, Salamanca también alberga encuentros que alimentan la fascinación ufológica. El 8 de abril de 1950, en el Paseo de la Estación de la capital salmantina, un concejal y su familia, junto a otro matrimonio, observaron un objeto ovoide, de reflejos metálicos y color blanco, que sobrevoló la zona sin emitir ruido alguno durante varios minutos. Este caso es uno de los cuatro abordados en el “Expediente X salmantino”, que también incluye avistamientos de objetos discoidales en Guijuelo y en el encuentro de Maximiliano con seres de “tamaño descomunal”, así como un “aterrizaje OVNI con testigos militares”. En la Finca de Cuéllar, se observó otro objeto ovoide blanquecino, dejando marcas en el suelo.
La persistencia del enigma
Aunque algunos avistamientos masivos recientes, como el “extraño tren de luces” de mayo de 2021 visible en toda la región, fueron rápidamente explicados por el servicio 112 como satélites luminosos, la casuística de los “expedientes X” de la Región Leonesa muestra que hay fenómenos que aún no han encontrado una explicación convencional. Estos relatos históricos, cuidadosamente recopilados, invitan a la reflexión sobre el fenómeno OVNI y la posibilidad de que, quizás, no estemos tan solos.