Una tradición antiquísima que resiste al paso del tiempo
Su Origen
El ramo leonés o ramu llionés, tiene su origen en épocas prerromanas, quizás prehistóricas, siendo posteriormente cristianizado.
En un principio se usaban sencillas ramas de árbol (de ahí su nombre), tradición que aun no ha sido alterada en ciertos pueblos de la Sierra charra o el Bierzo, aunque lo común es adornarlos.
Hay constancia por escrito del ramo leonés desde el año 574 en la carta De correctione rusticorum, que San Martín de Dumio envió a Polemio de Astorga. Fue precisamente la Diócesis de Astorga unida a la de Diócesis de León las que expandieron su uso entre sus feligreses, que por entonces incluían las actuales provincias de León, Zamora, Palencia y Cantabria, por eso el ramo está presente en todas estas zonas.
La Tradición
Los pueblos de León, antaño tuvieron una cultura muy comunal proveniente de su antepasado celtíbero astur.
Este hecho derivó en que muchas tradiciones, hacían colaborar al pueblo entero, y protagonista al mismo tiempo a algunos de sus vecinos, como por ejemplo “pasar la virgen” de casa en casa, o la tradición que nos ocupa en esta ocasión, el ramo leonés.
Aunque sólo podemos especular sobre tradiciones astures, está documentado en diferentes pueblos leoneses que cada año era una casa de la localidad la “elegida” para “vestir” el ramo, debiendo de adornarlo de una forma digna para los días de navidad. Presuponemos que el propio orgullo de la familia estaba en juego.
Después de terminar el ramo, la familia lo transportaba a la iglesia de la localidad para la ofrenda en la Misa del Gallo. Era una noche donde las gentes se reunían a la entrada de la iglesia, y solicitando permiso al sacerdote, se disponían a cantarle al ramo. Una vez dentro, se depositaba en el altar, dando lugar a la misa y ofrenda. El ramo quedaba en el altar hasta el final de las fiestas.
¿Qué simbolizan los adornos?
Hoy en día, cualquier desconocedor de la tradición puede mirar el ramo y preguntarse qué son todos esos colgajos que le cubren. Hace cientos sino miles de años, lo mejor que podía tener uno en sus casas eran dulces, cintas de colores que eran usadas en días festivos, roscas de pan, embutido de la matanza, fruta…y tantos valiosos alimentos que eran “colgados” en el ramo a modo de ofrenda a la divinidad. En una época en la que no había supermercado ni producción en serie, podían considerarse objetos valiosos.
¿Cómo son?
La tradición ha ido evolucionado con los siglos, siendo el ramo triangular el más extendido, aunque los hay cuadrangulares, redondos y de otras formas.
Se pueden ver ramos sencillos o elaborados, estar barnizados, cubiertos con mantones, forrados de telas e incluso de varios pisos, siempre al gusto de cada uno.
Las Velas
Un elemento que parece estar presente en todos los ramos leoneses, son las velas. Pueden contener entre una y quince velas, siendo normalmente doce las usadas, como los doce apóstoles.
El Ramu hoy
Su uso y costumbre ha evolucionado con el tiempo y hoy en día adornan con su estilo navideño los hogares, comercios y calles, fiel reflejo de una tradición, de esas arraigadas, que se resiste a desaparecer.