Al Zangarrón le acompañan en pasacalles los quintos de ese año y el tamborilero. Los vecinos retan a nuestro protagonista, y este los persigue con la vara.
Se suele hacer ese mismo día misa y baile, así como un banquete entre Zangarrón, los quintos y los tamborileros, al cual llaman «la comida del mutis», en la que nadie puede hablar o deberá pagar una multa.