
Asciende al trono leonés en el año 999 tras la muerte de su padre Bermudo II. Contaba con tan sólo cinco años de edad, por lo que comenzó su reinado bajo la regencia de su madre, la reina Elvira García, y el Conde de Astorga Menendo González.
Nace en la ciudad de Zamora en el año 994. Fallece a causa de un flechazo en 1028.
- Padres: El rey Bermudo II y la reina Elvira García de Castilla.
- Hermanos: Teresa Bermúdez, Sancha Bermúdez y Pelayo Bermúdez.
- Esposas: Se casó con Elvira Menéndez, pero el matrimonio fue anulado por consanguinidad. Se casó nuevamente con Urraca Garcés de Pamplona, hija de García Sánchez II de Pamplona.
- Hijos: Con su primera esposa tuvo a Sancha de León, y con Urraca Garcés tuvo a Bermudo III de León.
Astur-Leonesa
Pocas veces pasa a la historia un rey como, “el noble“. Y este es el caso de Alfonso V, llamado ‘el noble” o también, “el de los buenos fueros“. Porque, en momentos tan turbulentos como la Edad Media, favorecer la expansión de la ley y de la convivencia pacífica era, desde luego, ser un buen monarca. Alfonso V reinó alrededor de treinta años. Un reinado largo para aquellos tiempos. Su infancia la pasó en Galicia, donde el duque Menendo fue su vicario y “ayo nutricio”.

De sus tiempos en Galicia, conservaría durante toda su vida a sus más íntimos colaboradores. Como el “amiger regis” (literalmente, amigo del rey y principal consejero) Ramiro Menéndez, hijo del anterior duque. Los primeros años de su reinado fueron de tranquilidad. Su madre, Elvira García, regente, provenía de las familias principales castellanas. Así que esos territorios, en general infieles a la corona leonesa, estuvieron bajo una relativa tranquilidad. Sin embargo, en 1014,con la rebelión de la familia de los Banu Gómez, protegidos por el conde Sancho de Castilla, comenzó una etapa de abierta rebelión contra el rey leonés. La respuesta de Alfonso V fue enérgica.

Lanzó una expedición militar que dominó el territorio castellano. Alfonso V arrebató al condado de Castilla las tierras entre los ríos Cea y Pisuerga (aproximadamente la moderna provincia de Palencia). Una vez sometidos los enemigos internos, Alfonso V acometió la reorganización de su reino. Reunió a la Curia Regia y promulgó el ‘Fuero de León‘. Fue, sin duda, el modelo legal que, emanado de la capital leonesa, llegó a influir en los fueros de todo el norte de España. Alfonso no solo expandió la ley, sino que también reconstruyó la ciudad de León. Los ataques de Almanzor habían sido realmente destructivos en la Ciudad imperial. Así que podemos calificar Alfonso V como un rey amante del imperio de la ley, de la paz, de la prosperidad y preocupado por la bonanza económica de su reino.
Desgraciadamente, su reinado acababa abruptamente el 7 de agosto de 1028, cuando una flecha acabó con su vida. Se encontraba sitiando la ciudad de Viseu, en Portugal. Y su muerte abrió un nuevo período de turbulencias en el Reino de León. Su cadáver se encuentra en la basílica de San Isidoro de León, en el Panteón Real en compañía de sus padres. Sin duda, Alfonso fue un buen rey, que se hizo merecedor del apelativo, auténtico, de “el noble”.

Escrito por José Vicente Álvarez, profesor de historia en I.E.S. Eras de Renueva de León