La bandera de Zamora es muy especial, única entre todas las enseñas de las miles que hay en el país entre municipios y comunidades, y seguramente una de las más atípicas de Europa. De hecho muchos aseguran que, de todas las banderas de España, esta es la más singular, peculiar, infrecuente, extraña…y añado de mi cosecha otro adjetivo, el de hermosa.
¿Cómo es?
La peculiaridad de la bandera reside en que no es una sola tela enteriza, sino que está compuesta por tiras sueltas. Ocho de ellas de color rojo y una verde en la parte superior.
Seña Bermeja
La bandera que nos ocupa se la conoce como “Seña Bermeja” o seña bermeya.
- Seña: Proviene del latín “signum”, y significa objeto, fenómeno o acción material que, por naturaleza o convención, representa o sustituye a otro.
- Bermeja: La palabra bermeja/o viene del latín vulgar vermiclu, y a su vez viene del latín clásico vermículum, que significa pequeño gusano o “bicho” porque el colorante rojo se extraía del quermes (un hemíptero parecido a las chinitas o cochinillas) y otros insectos. Sí amigos, en otra época el color rojo tenía nombre de insecto.
Historia de la bandera de Zamora
Son pocos los zamoranos que no conocen su leyenda, pues es transmitida de generación en generación desde hace más de dos milenios.
La historia de la enseña nos retrotrae a la Zamora del siglo II a.C., en la que habitaban tribus de origen lusitano celtíbero. Las batallas por el territorio eran frecuentes, no sólo contra los romanos sino contra otras tribus.
El pretor romano Servio Sulpicio Galba ofrece un acuerdo de paz a los zamoranos, consistente en un reparto de tierras y lindes. En un momento de debilidad después de las continuas hostilidades, diversas tribus de la zona deciden aceptar la propuesta. El líder romano logró reunir a más de 9.000 lusitanos y una vez cara a cara les obligó a entregar las armas, para a continuación ordenar a sus tropas que matasen todo lo que se moviese, incluidos niños, mujeres y ancianos. Una masacre romana comparable a la de Tesalónica o la matanza de los inocentes de Herodes.
Entra en escena el icono zamorano Viriato, un pastor de la zona (otros dicen que era un guerrero) que después de la masacre logra unificar las tribus lusitanas convirtiéndose en su caudillo, y con su elocuencia convence a su pueblo de plantar cara a los romanos como un ejército unido.
Viriato obtuvo ocho victorias frente a Roma que corresponden a las ocho tiras de color rojo que pendían de su lanza. Cada tira es un trozo de cada vexilla* derrotada (*bandera romana que identifica la legio)
La tira verde
En contra de lo que algunos piensan, la tira verde no se la debemos a Viriato, de hecho tuvieron que pasar varios siglos hasta que se incorporó a la seña bermeja.
Fue nada menos que Fernando el católico el que añadió la tira verde en marzo de 1476 en agradecimiento a los zamoranos por su valentía y aportación trascendentales en la victoria de la batalla de Toro (o peleagonzalo) frente a las tropas portuguesas de Alfonso V. Esta batalla es una de las más importantes de la historia española, pues con su victoria se asegura la corona castellana en manos de Isabel “la Católica”.
El rey Fernando también encarga a sus escribanos que plasmen por escrito la recompensa y gloria de la bandera zamorana:
La noble seña sin falta
bermeja de nueve puntas
de esmeralda la más alta
que Viriato puso juntas,
en campo blanco se esmalta.
¿Quién es esa gran señora?
la numantina Zamora
donde el niño se despeña
por dejar libre la enseña
que siempre fue vencedora.
(Gratia Dei)