Continuando por la pista de tierra que sale ya del pueblo, y tras un rato de caminata, llegamos a las brañas, que antaño era el lugar escogido por la trashumancia para pasar el verano. Venían desde las lejanas tierras extremeñas para que su ganado pastase las nutritivas hierbas que hay en las brañas durante todo el año. Hoy día, los vecinos tienen allí sus segundas residencias o «cabanas» como se las conoce en la zona. Dichos refugios sirven para veranear y para cobijarse en invierno, pues los lugareños viven de la ganadería.
Existen unas rutas de diferentes niveles de dificultad para visitar la zona