En la entrega de los 40° premios de Castilla y León se ha producido un hecho paradójico. La presentadora y la mayor parte de los intervinientes en el acto se referían al mismo como los premios de Castilla. Algunos, muy pocos de Castilla-León. Ninguno llamaba a los premios por su nombre oficial, el nombre de la comunidad de Castilla y León.
Eso nos da una idea de cuál es el concepto que tienen nuestras autoridades sobre esta comunidad autónoma.
Una visión pan castellanista que esconde, difumina y elimina todo lo que se refiere a la Región Leonesa.
Es un hecho verdaderamente notable que las autoridades de una comunidad no sepan cuál es el nombre oficial de la misma. Pero en esta tierra de grandes escritores de ficción ya no nos debe extrañar nada.
Las autoridades de vox el año pasado aún querían hacer desaparecer la fiesta de Villalar, y este año son los más castellanistas celebrando 14 o 15 “Villalares” por toda la comunidad.
El partido popular siempre ha mostrado un cierto rechazo a la fiesta de Villalar porque nació de la mano de la izquierda en los años 70.
La izquierda celebra la fiesta de Villalar que se refiere a unos comuneros que en realidad eran unos republicanos por necesidad (la reina Juana se negó a ser su monarca) y que defendían los privilegios de los llamados “hidalgos”. Algo no muy de izquierdas.
Eso sí la izquierda la extrema derecha y la derecha de esta comunidad están de acuerdo en imponerle a la Región Leonesa una fiesta artificial y sin sentimiento ninguno. Una fiesta que no existe, que se celebra en una comunidad por la que muy pocos parecen tener apego.
Una comunidad de Castilla y León que se precia de ser un modelo de éxito y tiene los más altos datos de despoblación y parálisis económica. Una comunidad que dice que quiere repoblar su medio rural y no hace más que potenciar la centralidad de la ciudad de Valladolid. En la comunidad donde los únicos que tienen claro de donde son somos los leoneses, los que no queremos estar en ella.
Estamos entonces ¿celebrando? una fiesta de la irrealidad. Una fiesta de una comunidad que muy pocos sienten. Una fiesta que la mayoría de los leoneses celebrarán escapando de esta comunidad, yendo de compras a comunidades vecinas como Asturias.
Así que, visto que nadie sabe el nombre verdadero de la comunidad y que menos aún se sienten parte de ella, propongo cambiar el nombre de la fiesta por la de una tierra mítica y legendaria que tiene la misma vigencia ue la comunidad actual. Veintitres de abril: fiesta de Narnia.