El Payo, Salamanca — 15 de agosto de 2025. Redacción.
El incendio declarado en El Payo, comarca de Ciudad Rodrigo, ha alcanzado el nivel 2 de peligrosidad, y con él, se ha encendido una alarma que ya no puede ignorarse: toda la Región Leonesa está ardiendo. Desde El Rebollar hasta los Montes de León y buena parte de las comarcas zamoranas, el fuego avanza sin tregua, devorando bosques, amenazando pueblos y dejando tras de sí un paisaje de ceniza.

Lo que comenzó como un foco aislado se ha convertido en una emergencia regional, con más de una decena de incendios simultáneos en las tres provincias leonesas. En Zamora, el fuego ha golpeado con especial dureza a Sanabria, Carballeda y Aliste, obligando a evacuar aldeas como Rábano, Manzanal de Arriba y Fonfría. En León, las llamas se extienden por La Cabrera, El Bierzo, Laciana y Babia, alcanzando incluso parajes emblemáticos como Las Médulas. Y en Salamanca, además de El Payo, arden zonas de Las Batuecas, La Sagrada y Cipérez.
Una tierra olvidada
La Región Leonesa, históricamente marginada en recursos y atención institucional, enfrenta ahora una de sus peores crisis medioambientales. Brigadistas, vecinos y alcaldes denuncian la falta de medios, la lentitud en la respuesta y el abandono de los montes. “No es Castilla y León. Es la Región Leonesa la que más está sufriendo, y nadie lo dice”, afirma un voluntario en Zamora.
Las imágenes que llegan desde el terreno son devastadoras: cielos teñidos de rojo, animales huyendo, pueblos envueltos en humo. El aire es irrespirable en comarcas enteras, y el miedo se extiende más rápido que las llamas.
¿Quién responde por nuestra región leonesa?
Mientras los focos se multiplican, la respuesta desde Valladolid sigue siendo tibia. La Junta ha activado protocolos, pero muchos en nuestra tierra sienten que la ayuda llega tarde y mal. “Nos están dejando solos”, repiten desde El Bierzo y Sanabria.

Este incendio no es solo una catástrofe natural. Es también un símbolo del olvido, de la falta de inversión, de la urgencia de repensar el futuro de una tierra que merece ser escuchada, protegida y respetada.
La Región Leonesa arde. Y con ella, arde también la paciencia de quienes LLEVAN AÑOS reclamando atención, recursos y dignidad.
¿Se habrá acabado por fin esa infinita y mortal paciencia de los leoneses? ¡Eso deseamos todos!
