Durante más de una década los turistas le llaman “el pueblo de las caras”
Enclavado en la Sierra de Francia, se encuentra el pintoresco pueblo de Mogarraz. Sus calles son declaradas Conjunto Histórico y Artístico, y no es para menos. Además de la joya cultural que representa para todos los leoneses la tradicional arquitectura del lugar, una singular exposición al aire libre ha capturado la atención de visitantes y locales por igual desde el 2012, nos referimos a los más de 300 retratos de sus antiguos habitantes que adornan las fachadas de sus encantadoras casas. Esta iniciativa, conocida como “Retrata2/388“, es obra del artista Florencio Maíllo y representa un homenaje conmovedor a la memoria y tradición de esta comunidad serrana.
La historia de estos retratos se remonta a 1967, cuando los habitantes de Mogarraz fueron fotografiados para obtener documentos de identidad. Décadas más tarde, Maíllo decidió transformar estas fotografías en obras de arte, pintando cada rostro con minucioso detalle y un profundo respeto por las personas que representan. El resultado es una galería al aire libre con más de 300 retratos que narran la historia de un pueblo a través de sus gentes.
Pasear por las calles de este “pueblín” es como caminar entre las páginas de un álbum de fotografías viviente. Estos retratos han fomentado la recuperación de la memoria histórica del enclave serrano, ya que los visitantes y los propios lugareños se embarcan en un viaje de descubrimiento, tratando de identificar a los rostros representados y las historias detrás de cada uno. Esta conexión entre el arte y la comunidad ha reforzado el sentido de identidad y pertenencia entre los habitantes de Mogarraz, celebrando su rica herencia cultural de una manera única y visualmente impactante.
Esta exposición al aire libre ha convertido a Mogarraz en un museo viviente, atrayendo a turistas que quedan fascinados por la autenticidad y el profundo sentido comunitario que emana de cada obra. Además, los retratos han fortalecido el orgullo local, uniendo a los habitantes en torno a su historia común y su identidad cultural.
“Retrata2/388” es más que una colección de retratos; es el testimonio de un pequeño pueblo que celebra su pasado mientras mira hacia el futuro.
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