El Santo Grial está rodeado por un aura de misterio que lo convierte en una de las reliquias más veneradas por la humanidad.Cruzados, templarios y costosas expediciones subvencionadas por reyes, que mandaban a sus más valerosos caballeros, forman parte de la gran nómina de aventureros que durante siglos han ido en busca del cáliz que utilizó Jesucristo en la primera eucaristía.El enigma de León nos sumerge en la confluencia de dos vibrantes historias separadas en el tiempo por mil años, y en la que ambas tienen como denominador común la búsqueda del Grial. Como podremos comprobar, el paso de los siglos no ha disminuido ni un ápice la despiadada codicia que levanta esta vasija.La búsqueda del Santo Grial, el cáliz de doña Urraca, custodiado en la colegiata de San Isidoro de León desde hace mil años, es la piedra angular de la tercera novela del sicario Pedro Iniesta.Pedro Iniesta sale literalmente del fango del río Guadalquivir para embarcarse en otro misterioso caso que le llevará al límite físico y mental. En la mente de este sicario es donde reside su peor enemigo.Dos historias que confluyen y nos llevarán a comprobar como las ambiciones del ser humano permanecen inalteradas a lo largo de los siglos.No importa que nos encontremos en la Córdoba de los Omeya o en el Múnich del siglo XXI, diez siglos después el acero sigue siendo la única forma efectiva para resolver los conflictos.Hay una diferencia, pero solo es en las formas: lo que antes se solucionaba con una daga hoy día se arregla con una 9 mm.El hampa en tierras de Castilla va a recibir la siempre incómoda visita de Pedro Iniesta, al igual que diez siglos atrás recibiera a otro asalariado del gremio con parecidas intenciones.Una reliquia, dos momentos en la historia de España y dos asesinos a sueldo con la misma misión. Petro el cartaginés en la corte del rey Fernando I de León y Pedro Iniesta en la España de nuestros días intentarán desvelar el enigma de León