Este fin de semana o puente es en el que más fiestas se celebran en toda España, y por tanto también en la comarca zamorana de Aliste. Fiestas donde no puede faltar la música y sus instrumentos tradicionales. El fole y el tamboril son señas de identidad alistanas, y por la Asunción resuenan con más fuerza.
En estos últimos años hemos podido observar el resurgir de las gaitas, que ya no dejan de sonar en cualquier época del año y aún más en los meses del verano cuando en las fiestas de los pueblos son unas de las protagonistas principales.
Muchas veces tenemos las cosas delante de nuestras narices y no nos damos cuenta de ellas, no les damos importancia, no las valoramos hasta que comienzan a desaparecer .
Todos conocemos este instrumento, la gaita, pero, ¿Qué pasa con la gaita de fole? ¿Qué es?
La gaita alistana, uno de los iconos de Aliste, conocida como de fol o fole es junto al tamboril pareja imprescindible en el panorama instrumental dentro de la música tradicional alistana, sanabresa, así como en el suroeste de la provincia de León, en La Cabrera con la gaita cabreiresa y de la vecina región portuguesa de Tras os Montes con la gaita mirandesa.
El fole, instrumento de origen celta por excelencia, es aquel que, según los historiadores romanos, hizo temblar a las más bravas legiones en las últimas guerras indígenas del noroeste peninsular.
La gaita de fole en sus cuatro estilos (sanabrés, alistano, braganzano y mirandés) se halla, en cuanto al lado español, en las comarcas Zamoranas de Sanabria, La Carballeda, los valles más occidentales de Benavente, Aliste, Tábara, Tierra de Alba, y en menor medida en el sureste de la provincia de Ourense.
Por supuesto unida su existencia a la gallega y asturiana, estas evolucionaron en su construcción y afinación.
Características de la Gaita Alistana
Se distingue el fole alistano del sanabrés en el modelo de afinación; el alistano en Sib, las afinaciones más comunes que encontramos en Aliste van del Si natural aunque nos hemos encontrado punteros en Do y La en la zona de Bercianos , Palazuelo de las Cuevas y Domez de Alba y afinados en La en la zona de Trabazos, Nuez .
En Sanabria el toque es más abierto , la afinación que se pueden encontrar en las gaitas en Sib como la de Julio Prada , Gaiteros de Pedrazales, Sib bajo casi La, como la de Juan Prieto Chimeno de Riohonor y en La como la de Juan Barrio de Pedralba de la Perdería.
Pero ambos con las mismas características: puntero cónico de doble «palleta» o lengüeta y un único «hornión» o roncón portado al hombro. Es de gran tamaño, moldurado basto, tubos gruesos. Dicen los entendidos que el timbre es «tosco» pero con un encanto de antigüedad.
Su Construcción
Nunca ha caído en desuso, siguiendo muy activo mejorada su construcción con nuevos materiales pero con poca variación, manteniendo su primitivismo medieval. No confundir, como algunas publicaciones, la gaita de fole alistana con la «gaita zamorana» que es la zanfona.
La gaita de fole está construida por supuesto de madera, pero no de una madera cualquiera, tiene que tener dos importantes características: que sea dura y con poca porosidad, cualidades que difícilmente van unidas. De las maderas nacionales adecuadas encontramos el olivo, el fresno, el cerezo bravo y el boj, este quizás el más completo y adecuado, pero es especie vegetal protegida y no se puede cortar.
En Aliste está la solución desde tiempos remotos en una especie vegetal autóctona: la «urz» (brezo) de la Sierra de la Culebra, utilizada desde tiempos inmemoriales para el fuego de las fraguas que con sus cepas, de gran poder calorífico y dureza, alimentaron también los hogares de la comarca alistana.
Madera complicada la de esta «cepa» o raíz de urz por su tendencia a rajarse en el proceso de secado y porque no desarrolla gran tamaño para la entera construcción de la gaita con dicha madera, por lo que se limita la fabricación solo de la pieza llamada «puntera», empleando para el resto el espino o el fresno.
Aunque la urz por su color cálido, su tacto y sus condiciones acústicas es la madera tipo para la fabricación entera de una gaita de fole, hoy día son contados los ejemplares existentes acabados en su totalidad con ella. El que la posea tiene una joya. Y por supuesto, el fuelle o «fole» hecho con piel de cabra curado, curtido, vuelto hacia dentro, taponado y sellado por todos sus orificios excepto por tres agujeros para las piezas para contener el aire, es de unas dimensiones extraordinariamente superiores al resto de gaitas.
Los Hermanos Ríos de La Torre de Aliste:
Su superior capacidad de volumen de aire aporta además, la duración extra de tiempo que el gaitero dispone para mantenerlo sonando sin volver a hincharlo desde que lo ha llenado completamente le permite, a los más habilidosos, incluso cantar a la vez de tocar.
Si tu vendes la gaita
yo vendo el camisón.
La gaita no la vendo yo
no la vendo, no
que es la mejor alhaja
que tenemos los dos.
¡Ay como nos gusta la música en directo! Los corridos, jotas; brincaos o agarraos, toques de alzar; toques de bodas o las tradicionales y espectaculares «rondas», tema para el que esta gaita parece haber nacido.