Los geógrafos griegos tales como Ptolomeo o Estrabón, situaron el emplazamiento con exactitud, (41º50’ de latitud norte, y 10º15’ longitud este), lo que nos lleva a la actual ciudad de Villalpando (Zamora) y Plinio dice que se encuentra a dos millas al Este de Brigaecio. En diversos itinerarios romanos aparece citada esta ciudad, próxima a Benavente y los entornos de Palantia.
Diferentes investigadores actuales, la han situado en otro lugar de la Región Leonesa, Valderas, mientras que otros afirman que se encontraría en tierras castellanas en los municipios de Valverde de Campos,Villagarcía de Campos o Paredes de Nava, donde en ésta última se han hecho excavaciones recientes en su búsqueda.
A Intercatia se la considera una ciudad perdida, puesto que después de la caída del Imperio romano desapareció en el tiempo.
Corre el año 151 a.c., y el senado romano decide ampliar sus fronteras en el oeste del territorio ibérico. Para ello, envían a uno de sus mejores generales Lucio Licinio Lúculo y a varias legiones.
Lucio tomó la ciudad de Cauca (Coca-Segovia) y después de pasar a cuchillo a la inmensa mayoría de sus habitantes tras un falso pacto, continuó adentrándose en el oeste. Les acompañaba un joven militar que acabaría siendo leyenda: Escipión Emiliano Africano.
Los romanos se toparon con Intercatia, y lo que sucedió entonces lo narra el historiador griego Apiano. Contra todo pronóstico, la ciudad fortificada de Intercatia resistió el asedio, obligando a Roma a firmar una paz honrosa para ambas partes. Los romanos se vieron obligados a replegarse hacia el este, protagonizando uno de los asedios más famosos de la historia en la mítica ciudad de Numancia. Fue desde la caída de Numancia cuando se romanizan las ciudades de la meseta, incluida Intercatia, que se perdería en la historia.
Lúculo sitió a Intercatia durante dos meses en tanto hacía fosos y formalizaba el ataque con arietes consumiendo las
provisiones que traía , ya que debió comenzar tarde la campaña y las mieses debieron estar recogidas en Intercatia. La guerra se termina entregando los de Intercatia cierto número de ganados, diez mil “sagos” de abrigo para defenderse del frío y cincuenta
rehenes.RELATO DEL HISTORIADOR APIANO-
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