Cuenta la leyenda, que en el siglo XVI las vecinas de La ALberca se reunían al caer la tarde para pasear por sus calles rezando unas plegarias por los difuntos. Las mujeres eran llamadas con el repique de una esquila, un tipo de campana con lenguaje propio muy tradicional de La Alberca.
Un duro invierno azotó ese año a la aldea serrana, y ese día era especialmente frío, así que una de las mozas decide no acudir a la hora de las plegarias y quedarse al cobijo del hogar. De repente su campana se cayó por la escalera desde el piso superior, ocasionando un enorme estruendo al impactar con el suelo.
La moza contó lo ocurrido al grupo de mujeres, y pronto el anormal suceso se conoció en todo el pueblo, que lo interpretó como un mal augurio y enfado de los difuntos. Desde entonces, lloviese, nevase o tronase, al caer la tarde las mujeres se reunían a rezar por los muertos.
Y así es como surgió la “leyenda” de la “moza de ánimas”.
Actualmente se sigue practicando, aunque ya no es a diario sino los viernes, y ha pasado de ser sólo un acto litúrgico a convertirse en uno de los tantos atractivos turísticos que tiene el pueblo y la comarca.
<< Fieles cristianos, acordémonos de las Benditas Almas del Purgatorio con un Padrenuestro y un Ave María por el amor de Dios…
Otro Padrenuestro y otra Avemaría por los que están en pecado mortal, para que Su Divina Majestad los saque de tal miserable estado.” >>