Uno de los juegos tradicionales más queridos en toda la región leonesa es sin duda la rana, pues era y es un clásico de los bares de pueblo jugado por gente de todas las edades.
El objetivo es puntuar mediante el lanzamiento de unos discos metálicos (petacos) hacia la mesa de la rana, intentando introducirlos con precisión en su boca para obtener la mayor puntuación o en alguna de las aberturas de la mesa.
Es un juego antiquísimo que practicaban egipcios, griegos y romanos. En sus inicios, en vez de una rana usaban un ánfora de vino recién bebido, en el que a cierta distancia se intentaba introducir piedras o monedas, y aquel que no acertase pagaba la consumición.
Su procedencia es egipcia tal como afirma la investigadora Concha Palacios en su artículo “Los juegos infantiles, restos de un saber perdido”:
“la rana es un juego de habilidad y puntería de procedencia egipcia, del que queda constancia en varios papiros del Museo de El Cairo con el nombre de Hab-am-han”.
Evolucionó hasta usarse un tonel de vino al cual practicaban unos agujeros de puntuación, lo denominaban “juego del barril“. Dicho juego continuó hasta el siglo XVIII, momento en el que se populariza su versión del “juego de la rana” que todos conocemos.
Hoy en día está considerado deporte autóctono, ya que tiene una reglamentación, normas, campeonato y árbitros
La mesa de la rana está construida en madera, y dispone de un cajón extraible donde caen los petacos que se lanzan. Además de la propia rana metálica, la mesa dispone de molino, dos puentes y varios agujeros, y todos tienen una puntuación asignada:
Cada jugador dispone de 10 petacos por tirada desde una distancia de entre 3 y 5 metros. Gana aquel que obtenga la mayor puntuación tras 10 tiradas.
Para saber más: Federación de deportes autóctonos de cyl
Fuentes: Deportes autóctonos de CyL, Manuel Jesús Veleda Vallelado, Blog de San Julián (El Bierzo)