Nunca tuve muy claro porqué alguien que cantaba era un cantante, pero cuando ofrecía un recital pasaba a dar un concierto. Seguramente alguien advirtió que la palabra “cantada” dejaba en muy mal lugar a los artistas. El concierto puede ser bueno o malo. La cantada siempre es lo peor. Así que entiendo que se empezó a utilizar el concierto presuponiendo que iba a ser un buen espectáculo y se dejó el término cantada para cualquier actuación en la vida que incluyera lo grotesco y lo ridículo. De “gran cantada” se puede calificar lo que iba a ser un concierto a beneficio de los afectados por los incendios de la Sierra de la Culebra y terminó convertido en un espectáculo de los que producen vergüenza ajena. El evento iba a ser en principio una reunión de grupos musicales de carácter benéfico. Al ver que la contratación de los grupos seguramente iba a ser más costosa que el donativo obtenido, se cambió el adjetivo calificativo por el de “solidario”. Cuando los afectados preguntaron en qué demostraba su solidaridad organizar un sarao musical dejó de ser “solidario” y pasó ser conmemorativo. Poco a poco, los grupos musicales que habían accedido a participar se fueron descolgando del cartel, ya que intuían los tintes bufonescos que estaba tomando el evento. Al final la propia Junta de Castilla y León tuvo que suspender las actuaciones porque no parecía haber nadie que quisiera servir de coartada para ocultar el olvido sistemático por parte de las autoridades castellanas a todo el medio rural y en particular al de la Región Leonesa. Es muy difícil no caer en la tentación de ridiculizar al vicepresidente Gallardo y a la Consejería de cultura que ostenta VOX.
Ellos fueron los organizadores de esta farsa. Pero ellos mismos consiguen que la ciudadanía les mire con una mezcla de asombro y estupor. No necesitan a nadie para criticarlos. Todo esto se ha hecho (más bien habría que decir que no se ha hecho) gastando varias decenas de miles de euros que pagaremos todos los que vivimos en esta “comunidad fallida”. Mientras tanto, los afectados por los incendios siguen teniendo dificultades para recibir ayudas y no parece que las autoridades castellanas tengan ninguna prisa por remediar esta situación. Tal vez el hecho de que los incendios se hayan producido en la Región Leonesa sea la causa de que no se tenga mucha prisa en corregir lo que sería rápidamente solucionado si hubiera ocurrido en Castilla. No tuvimos concierto, pero tuvimos una gran cantada; el problema es que ahora tenemos que pagar a los artistas. Unos artistas que empiezan a cansar con sus numeritos.