La lenta introducción de la mecanización en los campos alistanos comenzó con estos viejos cacharros, que provocaron cambios y una revolución en la agricultura, teniendo al principio poca aceptación entre los agricultores de la comarca.
Fueron un avance significativo en la agricultura porque suponía poder realizar mas trabajo en menos tiempo y sin tantas penalidades.
Que recuerdos nos traen estas máquinas, ya leyendas, cuando en las eras de nuestros pueblos bramaban los tractores, aquellos viejos Barreiros, o los Ebros, otras leyendas. Las trilladoras, que, a través de media docena de correas, ponían en marcha el ingenio de madera y hojalata que funcionaba todo el día, y muchas veces parte de la noche.
Las trilladoras fueron las antecesoras de las cosechadoras. Las mas famosas, las de la marca «Ajuria» de fabricación nacional (Vitoria), también conocidas las de la marca «Flosan» toda de chapa.
Supuso un inmenso avance para la agricultura en su época. Se colocaba en la era y por su garganta iba engullendo el cereal segado recientemente, separando el grano de trigo y otros cereales, de la paja, elimina ésta y limpia el grano mediante cribas. Reúne, en una sola máquina, tres tareas que desde la antigüedad se realizaban separadamente: la trilla, la limpia y la criba de los granos, que caía en sacos por sus tres bocas. Funcionaba conectada al tractor.
Allá por los años 60-70 comenzaron a llegar las «máquinas» a nuestra comarca. Muchos de vosotros las recordaréis, sobre todo los que ya tenéis una edad.
Con estas sofisticadas máquinas llegó la «tecnología punta», aquellos monstruos de madera y metal, con sus enormes tuberías por donde expulsaban la paja; funcionaban movidas por los tractores a base de poleas y grandes correas, que por cierto siempre estaban cruzadas, decían que si no se soltaban.
Pocas veces se vio una de estas máquinas nuevas. Eso sí, llegaban a nuestros pueblos repintadas, pero pocos conocieron una recién estrenada. También recuerdo que se averiaba un día si y otro también.
Esta máquina se utilizaba para la separación del grano de la paja, lo que ahorraba mucho tiempo en el proceso de la trilla, su funcionamiento era con la toma de fuerza de un tractor, a través de una serie de poleas que hacen girar un sinfín de mecanismos, desde el triturador de la paja a varias cribas que iban separando el grano de la paja, saliendo cada uno por una parte de la máquina haciendo enormes montones de paja de gran altura.
Ahora nos parecen unos dinosaurios aquellos antiguos cacharros, pero ayudaron a aliviar, aunque nada más fuese un poco, los duros trabajos del campo en verano.
¡Descansen en paz!