Hoy tocaba visitar Latedo, ¡Cómo no! Allí andaban los vecinos enfrascados en la elaboración de su aceite y pan al modo tradicional, en un ambiente festivo, lleno de visitantes, en un entorno rural que a los alistanos no les resulta extraño; sus cortinas cerradas por paredes de piedra, sus calles, sus casas, su iglesia y, sobre todo, sus gentes.
Como en otros eventos en Aliste, fue un placer compartir unas horas con ellos y saludar a unos cuantos amigos. Después, comida en Trabazos y camino de Vega. Fue una magnífica mañana, de esas que te dejan con ganas de volver pronto.