El recientemente premiado por los II Premios Concejo en la categoría de Música, Rodrigo Martínez, e Ismael Aveleira presentan el tráiler de esta suerte de documental, cuyo trabajo ha durado más de 13 años, y se antoja como un testimonio histórico.
Si buscamos en el Diccionario de la RAE lo que es “ruchare”, no hay duda: para empezar un leonesismo; para seguir, lo que significa: “brotar”. Y, precisamente, eso es lo que han querido plasmar Ismael Aveleira y Rodrigo Martínez en esta aventura cinematográfica: el brotar de una cultura, de una tierra, de unas músicas, registrando testimonios que pasarán a ser históricos.
Ruchare es un trabajo que ha indagado en todas las comarcas de la provincia leonesa: Montaña Central, Montaña Oriental, Bierzo, Maragatería, Babia, las Riberas, Omaña, etc. A lo largo de un camino de más de 13 años, Martínez y Aveleira han recorrido León, han hablado con sus gentes, han registrado sus músicas, sus anécdotas, etc. El fruto de este trabajo es Ruchare, una película cuyo tráiler está ya disponible.
El origen de Ruchare se encuentra en un disco, el homenaje que quería darle Rodrigo Martínez a su abuela, allá por 2010, en Valdealiso. Sin embargo, este fue tomando otras dimensiones, y pasó a querer contar el ecosistema de la música tradicional y su transmisión, todo ello a través de un formato musical. Nuevamente, el proyecto se transformó: la misión era de tal envergadura que poco a poco se fueron dando cuenta de que esa labor había de ser plasmada también con un trabajo audiovisual, así como otra serie de narrativas que se irán desvelando a lo largo del próximo año.
El tráiler pudo ser visto en la pasada edición de los II Premios Concejo, organizados por el Instituto Leonés de Cultura, institución ha apostado por este proyecto en sus últimos meses de realización. Durante su presentación, Emilio Gancedo, el propio coordinador del Instituto, destacó la visión ofrecida, en la que se sintetiza el amor a la tierra, conjugando música, arte, literatura y lenguaje audiovisual, con informantes de música tradicional de la provincia que son testigos inherentes de un pasado a que ya murió. O quizá no, porque está brotando, porque está ruchando.
Texto de Víctor M. Díez