Bajo la dinastía Jimena y con Fernando I “el magno” como monarca de León, una moneda fue acuñada por vez primera para un rey en la península.
Posteriormente en el año 1085, Alfonso VI logró tomar la importante ciudad de Toledo, es en este momento de la historia cuando realmente empiezan a usarse las monedas como método de transacción dentro del reino. Se acuñarían desde varias cecas, la de Toledo, la de Santiago de Compostela, la de León y la de Salamanca.
Dinero de Alfonso VI:
Dinero de Fernando II:
Dinero de Alfonso IX: